Un esclavo solo puede serlo con los esfuerzos de su Amo. No existe un camino rápido o corto dentro del entrenamiento. Es preciso ir despacio, pues solo de esta manera el esclavo puede tener claro la trayectoria que debe seguir. El Amo es quien debe guiar al esclavo sobre el tipo de servicio que desea recibir.El esclavo necesita un Guía y un Líder, antes que un Amo que solo da órdenes. El Amo que solo se centra en la obediencia y descuida sus funciones de Líder, no puede conseguir la realización completa del esclavo. El Amo que únicamente piensa en sí mismo, solo ordena, pero el Líder, además orienta y conduce.
La confianza y la comunicación son esenciales en el entrenamiento. La confianza debe generarse tanto en el Amo como en el esclavo. Es un sentimiento de doble sentido. No solo el Amo debe confiar en el esclavo, el esclavo necesita también confiar en el Amo. Y la confianza no se obtiene en una sesión, ni en dos. La confianza es un proceso que solo puede consolidarse a través de un entrenamiento continuado. Solo si existe confianza puede hablarse de progreso en el entrenamiento.
El esclavo debe saber en todo momento lo que se espera de él. El esclavo debe conocer las metas. Pero es importante aclarar al esclavo que no es lo mismo la meta que la línea de salida. He conocido muchos esclavos que dudan de sus capacidades cuando me oyen hablar de metas que creen inalcanzables. Yo les digo que adoptar una meta no significa llegar a esa meta. El horizonte es un lugar en el que uno no está, pero al que uno se dirige.
El alpinista que nunca ha subido un 8.000, cuando decide subir al Annapurna le dice a su sherpa: Mi meta es llegar a la cima. El sherpa sonríe y le responde: Mi meta es llegar a la cima contigo, porque tú solo no puedes.
La meta principal es entrenar al esclavo para que éste acepte su esclavitud, para que se sienta un sirviente eficaz y, sobre todo, para que encuentre alegría en ser poseído (cuerpo, mente y espíritu) por su Amo. Solo con este sentimiento de plenitud, el esclavo podrá desempeñar con superioridad y habilidad su esclavitud. Un esclavo no tiene elección en cuanto a su lugar en la jerarquía, pero dentro de esa inferioridad, el esclavo tiene la obligación de ser superior, ofrecer un servicio de calidad y buscar siempre la excelencia en su desempeño.
Solo puede existir una relación Amo esclavo a largo plazo si el esclavo tiene una imagen positiva de sí mismo. La base de las creencias y emociones del esclavo deben estar alineadas con su función, solo entonces el esclavo puede aceptar su esclavitud con alegría y optimismo. Y es desde esta aceptación natural de la esclavitud que el esclavo puede comportarse de la forma que el Amo espera. Un perro que no es feliz no puede hacer feliz a ningún Amo.
Al entrenamiento de la mente, debe seguirle el entrenamiento del cuerpo, pero sin olvidar el entrenamiento del espíritu. Estas tres áreas abarcan todo el sistema operaࢢvo del animal.
El esclavo viene a su Amo ya entrenado por su propia familia, la sociedad y el contexto cultural en el que ha crecido. Entender por parte del Amo los propios pensamientos del esclavo, sus sensaciones, sus creencias y sus actitudes, es el punto de partida para que el Amo pueda entrenar correctamente a su esclavo.
Como entrenador asumo que el esclavo que busca un entrenamiento, primero piensa como esclavo, después es consciente de sus sensaciones de plenitud cuando está bajo el dominio de un superior, y es entonces cuando el esclavo decide actuar y comportarse de acuerdo a su naturaleza.
Ese es el proceso correcto, quiero decir que no puedo modificar el comportamiento de un esclavo, confiando en que el esclavo, después cambiará su forma de pensar, y que por último revisará su forma de sentir hasta que se sienta como un verdadero esclavo.
Antes de saber si conseguirá, o no, subir el Annapurna, el alpinista piensa y siente como un alpinista. Por eso decide actuar como tal. Y es por eso por lo que decide adoptar esa meta. Pero la meta es un horizonte. El placer es la escalada, el entrenamiento. Y ese proceso es largo. Cuando el esclavo comienza el entrenamiento sabe que está lejos de esa meta, pero que no pueda experimentarla a corto plazo no significa que no pueda adoptarla. Una meta en el momento en que se experimenta deja de ser una meta. Las metas siempre están fuera de nosotros.
Pero antes que eso está el proceso de pensamiento correcto: primero pienso, luego siento y por último actúo. No se trata de actuar, pensar y luego sentir.
Yo no soy Amo porque me gusta dominar. Me gusta dominar porque soy Amo.
Un Amo no convierte a nadie en esclavo, un Amo ofrece la posibilidad de que el esclavo experimente su esclavitud y su naturaleza, porque ya he dicho que esa experiencia el esclavo no puede lograrla solo.
Del mismo modo el esclavo necesita entender el carácter del Amo para ofrecer un correcto servicio.
El esclavo debe saber lo que se espera de él y lo que el Amo se propone entrenar. El esclavo debe estar abierto a su entrenador y no retener secretos.
La falta de franqueza por cualquiera de las partes impide este tipo de relación. Si como sumiso estás poco dispuesto a abrir tus emociones y tus pensamientos internos a tu Amo, entonces no estás preparado para el entrenamiento. Yo como Amo tengo que saber qué hay en tu interior sin necesidad de que deba preguntarlo.
La esclavitud requiere por parte del esclavo darle libertad a su Amo. El esclavo va a ser una característica y una propiedad de su Dueño. Por tanto, yo, como Amo te poseo. En cambio tú no tendrás ninguna propiedad sobre mí. El servir, el satisfacer y el obedecer son los fundamentos de la esclavitud. Como esclavo no eres más independiente de lo que como Amo te permito. En este aspecto debes estar conforme y no tienes elección.
El entrenamiento genera un proceso de reeducación y de reorientación que te moldea para atender mis necesidades. Ningunas de estas metas se pueden lograr sin confianza y comunicación.
Las metas son de primera importancia en el proceso del entrenamiento y todo el comportamiento debe dirigirse a la meta.
El entrenamiento se diseña alrededor del concepto de fijar y resolver metas. El Amo fija las metas para su esclavo, y su comportamiento se unifica alrededor de estas metas.
La asunción básica del entrenamiento es que un esclavo se esforzará para aquello que es crucial (las metas de su Amo). Su aceptación y adaptación de esas metas es crítica en su entrenamiento. Si El esclavo no cree en las metas de su Amo, el entrenamiento fallará.
Yo también asumo que como esclavo adoptarás las metas de tu Amo y harás todo lo posible por alcanzarlas. Una de las motivaciones primarias de un esclavo es que debe llegar a ser agradable a su Amo y servirlo lo mejor posible.
COMENTARIO ANTIGUOS
Dom K (2013-10-29 10:53:45) tremenda y sincera reflexión.
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