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Acerca de Mí


Mi única meta como Diamoteamo es conseguir la realización del esclavo, lograr que el humano se transforme en subhumano, y que el subhumano consiga ser quien desea ser, es decir, un animal.

Yo como Diamoteamo no trato de “recibir” nada del esclavo, porque el esclavo no puede “darme” nada salvo “ser” cada día mejor esclavo. El esclavo no puede dar nada porque, siempre que se respeten limites, el esclavo no puede negar nada.

El esclavo no da, Diamoteamo toma.

Como Diamoteamo solo quiero que el esclavo sea lo que quiere ser y entonces todo lo demás llega como una consecuencia, pero no como un fin. El esclavo no me puede “entregar” su casࢢdad, el esclavo sabe que ”ser” casto le define como esclavo. El fin es que el esclavo consiga su realización como ser inferior. Tanto la casࢢdad como el casࢢgo, o la humillación, son inherentes a la animalldad del esclavo.

No eres esclavo porque seas casto. Eres casto porque eres esclavo.

No eres esclavo porque seas humillado. Eres humillado porque eres esclavo.

Sobre ser  Dominante

La ética del dominante debe rivalizar con la de los mejores profesionales. Un dominante serio tiene que ser educado, amable, con un alto sentido de la honestidad y el respeto cuando trata con los demás.

El Amo decide: a partir de ahí no hay estereotipos que definan a un dominante.

No son las acciones las que determinan la asimetría, sino el poder de decisión sobre ellas. como a veces se ignora, el uso que se haga del del rabo no establece los roles.

En este sentido,

Quienes buscan activos dominantes carecen de la actitud que me interesa. El sumiso, tal vez sin darse cuenta, cae con demasiada frecuencia en el agujero de su propia satisfacción. Es una simplificación extrema pensar que la genitalidad decide los roles en una relación bdsm. El sexo genital es un componente más dentro del abanico de posibilidades que puede barajar un dominante en una relación D/s, no es el principal y ni siquiera es esencial.

No soy un rabo para satisfacer a nadie, sino una voluntad que sólo desea ser satisfecha.

Someterse es ceder el control. El deber básico y fundamental de un sumiso es ceder tanto control como sea posible a su dominante.

Aunque obviamente el sumiso tendrá necesidades, deberá dedicarse en cuerpo y alma a contentar al dominante de la mejor manera posible. Pero teniendo claro, siempre desde el respeto de los limites establecidos, que no son las acciones aisladas (y a veces deseadas por el sumiso) las que determinan el dominio, sino las órdenes, sean del tipo que sean, y su correcto cumplimiento.

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