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¿Sabes qué es la actitud BDSM?

 


¿Tienes actitud BDSM?

La actitud BDSM es la sana disposición de ánimo que manifiesta un esclavo o un Dominante. Las actitudes son una combinación de las creencias y las sensaciones que dirigen el comportamiento. 

Hasta ahora solía decir que valoraba más la actitud BDSM que la experiencia. Ahora pienso que sin experiencia no puede haber actitud madura. Solo fantasía y deseo.


Características de la actitud BDSM

La actitud BDSM se caracteriza por los siguientes aspectos:

  1. Un respeto mutuo hacia la dignidad de la otra parte.
  2. Un estricto cumplimiento de la seguridad, la responsabilidad y el acuerdo.
  3. Un profundo trabajo de concienciación individual sobre lo que significa adoptar el rol de Amo o esclavo. La aceptación de cualquiera  estos roles no es fácil de asumir y los conflictos internos basados en el malestar que genera no seguir los dictados sociales deben estar resueltos.  
  4. En el caso del esclavo, obedecer, aceptar el dominio del Amo, satisfacer sus deseos y cumplir sus necesidades y en el caso del Amo, asumir la responsabilidad que exige la propiedad de un esclavo. 
  5. La aceptación consciente de que el entrenamiento de la actitud es un camino de un solo sentido y que no hay posibilidad de retroceso. Quienes han experimentado la esclavitud o el dominio y luego han decidido tener relaciones basadas en la simetría y la equidad, saben que la actitud BDSM de un Amo real o un esclavo real no desaparece nunca.

Un Dominante puede (y debe) potenciar una joven actitud BDSM, pero no puede crearla, ni insuflarla a un sumiso. Un Dominante ofrece el espacio y el conocimiento necesario para que el sumiso desarrolle esa actitud. El Amo puede crear el entorno y la seguridad necesarios para que ese perro crezca, pero no puede sustituir a la voluntad consciente del sumiso. Tampoco el Amo puede reemplazar el compromiso personal del esclavo. Hay sumisos inexpertos que, desde su propia comodidad y pereza, buscan al Dominante que sea capaz de sacar al perro que llevan dentro, cuando lo que solo desean es encontrar un Amo cuya poderosa atracción física consiga rendir su voluntad. Puede ocurrir que la atracción física enmascare de actitud BDSM lo que solo es puro deseo.

Estos perros, que confían en que el Amo les haga su trabajo de aceptación y compromiso, tienen sed, pero buscan a alguien que les saque el agua del pozo. Creen que con tener sed es suficiente, pero no lo es. Ocurre que cuando estos perros ven saciada su sed, olvidan todo lo que creían haber aprendido hasta que vuelven a sentir la acuciante necesidad de beber.

Solemos asociar la experiencia a la calidad. Encontrar a alguien experimentado en una materia es garantía de conocimiento. Un profesional experimentado es sinónimo de seguridad. Si quiero aprender quiero al mejor maestro. Pero a medida que más energía empleo en la formación de esclavos, más me doy cuenta que no puedo aprobar a nadie si no estudia. No me compensa dedicar tiempo a novatos que no pueden ofrecerme nada a cambio, salvo su atenta presencia en mis clases. Hay que estudiar y preguntarse qué es lo que uno quiere. Una vez descubierto lo que uno desea, hay que cuestionarse si se tiene o no voluntad para buscarlo. Ser esclavo no es para pusilánimes o cobardes. Ser esclavo requiere valentía. Pero desear encontrar un buen profesional para que me haga el trabajo no es el camino para desarrollar lo que llevamos dentro. La actitud se construye en soledad, día a día, y solo si el esclavo la hace crecer y madurar a través de su experiencia, podrá ofrecérsela a un Amo de la misma manera que se ofrece un buen vino.

Ya seas Dominante o sumiso, la actitud no depende del otro sino de uno mismo.


¿Existe el BDSM sin actitud?

Me hacía esta pregunta el otro día cuando estaba en una fiesta (fuera del mundo BDSM) y alguien confesaba que un tipo le soltaba pasta si se dejaba comer el rabo. Se habían conocido en una página de contactos vainilla, por lo que, de entrada, ninguna de las partes asumía un rol BDSM específico. Existen prácticas morbosas que no constituyen un acto puro de sumisión como la del tipo que encuentra placer en pagar a otros que se dejan hacer a cambio de una retribución física y económica 

No es lo mismo un cobro por servicios prestados que un acto de humillación BDSM. Un Amo con actitud BDSM no presta un servicio al esclavo, sea cual sea el tipo de servicio. Un esclavo con actitud BDSM  tampoco hace ningún tipo de demandas y solo obedece. El esclavo que, excitado y receptivo, busca a un Amo para que le haga una sesión no está ofreciendo su entrega sino que está demandando un servicio. 

Tal vez haya alguno que piense que pagar por comer un rabo fuera menos digno de respeto que cobrar por ponerlo. Sin embargo, dentro del BDSM, un Amo con actitud solo humilla a quien ha ganado su respeto como Amo. Si no te respetara no te humillaría, me gusta decir. La dignidad de un esclavo es intocable aunque sea su deseo pagar al Amo una suculenta cena en un restaurante de lujo mientras él solo mira y no prueba bocado. Cualquier acto de humillación en el que no se respete la dignidad del esclavo es un acto de abuso.

En el mundo vainilla no siempre se comprenden los códigos BDSM, y a veces  se disfraza de respeto lo que solo es un juicio. Cuando he comentado, fuera del BDSM, que existen esclavos que ofrecen servicios domésticos, siempre hay quien jocosamente me pide los datos de alguno para que le limpie la casa. Entonces le explico que un esclavo solo presta servicios a su Amo. La humillación es un instrumento que el Amo utiliza para conseguir que el esclavo se reconozca como tal. Un esclavo solo puede sentirse esclavo ante quien se siente Amo. Un Amo no duda de la insignificancia de un gusano aunque ese insecto dirija un banco. Yo no soy tu Amo porque reciba algo de ti, sino porque veo un esclavo cuando te miro. A partir de esa actitud, como Amo acepto la servidumbre. Un gesto de servidumbre no basta para que el esclavo se sienta esclavo o el Amo se sienta Amo.

El acto de humillar (ya sea cobrando o torturando) no es un fin en sí mismo, sino un medio para conseguir otra cosa. La humillación que recibe un esclavo de quien no es Amo no es BDSM. 

Del mismo modo cobrar por un acto de humillación con una actitud puramente mercantilista, o  dejar que un esclavo te limpie la casa para ahorrarte una asistenta, no es BDSM sino abuso. El BDSM es un juego de roles que solo puede darse cuando existe un equilibrio entre el dar y el recibir. Un equilibrio en el que ambos platillos de la balanza pesan lo mismo, aunque uno esté en una posición de poder y el otro en una de inferioridad. Nadie que no sea Amo merece recibir la entrega de un esclavo, porque al que recibe le falta algo esencial: la actitud BDSM.




COMENTARIOS ANTIGUOS

ursek (2014-11-02 07:57:52) Pero cuando dar ese Gran salto? la idea del Gran Salto algo radical. dejarlo todo atrás para comenzar una nueva vida parece algo duro. abandonar las relaciones, las amistades, los proyectos, tu propia carrera profesional, no es algo que sea popular u ocurra a menudo. sin embargo en estos días el perro vive casi aislado, sin ver a ninguna de sus relaciones sin tener contacto con ellos. bien porque estén inmersos en sus cosas, las relaciones sociales se reducen y el perro cree que no hay mucha diferencia entre el ࢢempo que transcurre y la situacion sigue y sigue. tomar una decisión y la situación tras el Gran Salto. la verdad es que no echa mucho de menos una vida social, al contrario encuentra agradable que los días pasen estando en casa, encerrado. por las noches pasa la llave de su casa y así se siente seguro. para el perro estar encerrado significa estar seguro y protegido. debe ser por eso que el perro busca tanto estar en su habitacion. el esclavo sumiso ࢢene que enfrentarse en algún momento a una realidad que le da más miedo que cualquier sesión o cualquier Amo cruel y despiadado: mirarse a si mismo y decirse la verdad de lo que es. la vida, la sociedad, la educación que recibimos… todo parece ir en contra del hecho de ser esclavos, de ser sumisos, de desear entregar el control a otro, que alguien nos mande y nosotros obedecemos. no podemos ir contra lo que somos así que eso sale tarde o temprano. cuando ocurre muchos esclavos se asustan y huyen, de ellos mismos, porque nadie los persigue. son ellos mismos los que temen presentarse y decir: “soy un esclavo”. aceptar esa realidad requiere valor y coraje y por eso es tan valorado por los Amos cuando ocurre. como ocurre cuando se sale del armario por primera vez, las palabras asustan, porque uno teme que se caiga el cielo sobre sus cabezas o se abra la tierra para tragárselo, pero no es así. se dicen las palabras y no sucede nada. con el bdsm pasa lo mismo. una vez que se dicen el esclavo entra en un estado de paz. es posible que haya consecuencias: alguien se alejará, alguien lo criticará, pero nada más. de hecho uno no tienen que publicarlo Ni escribirlo en a todas sus amistades. basta con que te lo ta con que te lo digas a ti mismo, ly lo aceptes como parte de tu vida, como lo principal de tu vida de hecho.




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