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Por qué sigo valorando las directrices y protocolos de la Vieja Guardia

 



Introducción

En los años 50, tras la Segunda Guerra Mundial el movimiento homosexual Gay Leather sembraría la semilla del BDSM moderno. En este momento nacería lo que sería la primera corriente dentro del BDSM: la Vieja Guardia.

La Vieja Guardia surgió de los soldados americanos que volvieron de la Segunda Guerra Mundial porque echaba de menos la disciplina, la obediencia y pertenecer a una estructura rígida y estricta.

En la Vieja Guardia solo cabían Amos y esclavos, y el rol de switch no estaba aceptado, pues no se consideraba puro. Decían que un switch nunca podría ser un Amo auténtico o un esclavo auténtico.

Tampoco se aceptaban mujeres. Sin embargo, el BDSM femenino ya existía desde hacía décadas, aunque solo en ambientes cerrados. Incluso, tal vez antes, como lo demuestra la novela erótica Fanny Hill publicada en Inglaterra en 1748.


¿Qué características definían a la Vieja Guardia?

  • No se acepta el rol de switch.
  • Solo pueden pertenecer exclusivamente hombres gays.
  • Aún no existe la tríada SSC (sano, sensato y consensuado). Solo se sigue el Metaconsenso que es la libertad del Amo para hacer lo que quiera, pero dentro de un marco establecido de común acuerdo con el esclavo. (En realidad, los límites estarían implícitos, ya que ningún Amo querría dañar ni lastimar a su esclavo).
  • Los protocolos son estrictos e imprescindibles tanto en el ámbito social como en el privado. Por ejemplo, un esclavo nunca se dirigía a un Amo si antes no había recibido señas de que lo hiciera.
  • Tienen un gran fetichismo por el cuero y los uniformes. Por eso se les llamaba hombres de cuero (leathermen).

Ha pasado mucho tiempo desde la creación de este movimiento, y hoy día existen otras escuelas creadas con posterioridad, como la Nueva Guardia (que surgió a principios de los 80), la Vieja Escuela (en los 90) y, por último la Nueva Escuela, el BDSMK (Kinky) o el Post BDSM de última generación.

Sin embargo, que luego hayan surgido otros grupos o escuelas con directrices diferentes, no significa que los antiguos hayan dejado de ser actuales. 

Sin ir más lejos, yo sigo alineado con la esencia de la Vieja Guardia aunque, al mismo tiempo, comparto los protocolos más relajados de la Nueva Guardia de los 80, donde se aceptan algunos colectivos excluidos, como el colectivo lésbico, a través de la organización SAMOIS de San Francisco en Estados Unidos.

Creo que cada uno debe elegir las normas y protocolos con las que se siente más identificado, independientemente de la época en la que hayan surgido estos movimientos. Al mismo tiempo, personalmente, pienso que todas las escuelas que surgieron a partir de los 90 hasta la actualidad no es auténtico BDSM. Paradójicamente el término BDSM se acuñaría en 1991, antes de esa fecha solo se hablaba de SM, siendo el Sádico, el Dominante y el Masoquista, el dominado.


Origen de la Vieja Guardia

Mi referencia para lo que cuento a continuación es el libro The Leatherman's Protocol Handbook, escrito por el Master John D. Weal.

Después de la Segunda Guerra Mundial, las tropas de motociclistas del Ejército de la "Vieja Guardia" encontraron refugio y camaradería en el mundo del cuero. Estos hombres, con sus motocicletas entregadas por el Ejército de los Estados Unidos, se convirtieron en una mezcla de motociclistas rebeldes, renegados y amantes del BDSM, lo que dio origen al término "Old Guard". Inicialmente, se reunían en bares de motociclistas, pero pronto surgieron bares donde los hombres vestían cuero sin tener motocicletas pero compartían una pasión por el sexo duro, intenso y apasionado. De estos lugares, nacieron las famosas "barras de cuero" al principio de los 50.

¿Sabías que las barras de motocicleta marcaron el inicio de la moda de cuero? En sus inicios, el cuero se usaba como protección en caso de accidentes en las motocicletas. Además, este estilo también se asoció con hombres fuertes, así fue cómo el cuero se convirtió en un símbolo de masculinidad.

En 1953 nació también uno de los iconos más famosos del siglo XX:


En la película The Wild One, Marlon Brando, de cuero negro y gorra de medio lado, era el cabecilla de una banda de motoristas que llega a un pueblo del medio oeste americano.

Estos hombres, al igual que otros veteranos de guerra, buscaba recrear la camaradería que experimentaron en el ejército así como su estricta forma de vida. Por esta razón decidieron crear clubs exclusivos para reunirse. De estos clubs de motociclistas nació la "Vieja Guardia", caracterizada por estrictas reglas y un sistema de aprendizaje estricto bajo la tutela de un miembro experimentado.

La época de la que estamos hablando coincidió con el activismo por los derechos de los homosexuales y la figura de Harvey Milk en San Francisco. Por lo tanto, la lucha por los derechos de los homosexuales y la liberación del mundo del cuero estaban entrelazadas. Los motociclistas de cuero, una vez temidos y señalados, tuvieron que esforzarse por ser aceptados incluso dentro de la comunidad LGBTQ+. El código principal en ese momento era "no asustar a los aldeanos", lo que significaba mantener una apariencia que no alarmara al público en general. En una época en la que la práctica del BDSM y la cultura del cuero estaban estigmatizadas y, a menudo, eran ilegales, el secreto era vital.


Las series de moteros actuales

Hoy en día, guardando las distancias, es posible imaginar cómo refleja la serie "Sons of Anarchy," creada por Kurt Sutter en 2008, la tradición de la "Vieja Guardia."

La trama de la serie se desarrolla en un club de motociclistas que opera al margen de la ley en Charming, un pueblo ficticio del Norte de California. Uno de los momentos más impactantes que dejó una profunda impresión fue un episodio en el que los miembros del club, en un acto de brutalidad, despojaron a un traidor de su piel para borrar un tatuaje que cubría toda su espalda, un acto que simbolizaba su expulsión del grupo.

Posteriormente, en 2018, Sutter creó un spinoff de "Sons of Anarchy" titulado "Mayans MC." Esta serie arroja luz sobre cómo, para unirse a estos selectos grupos de motociclistas, los aspirantes deben someterse a un riguroso período de iniciación bajo la guía de un miembro veterano. Solo después de demostrar su valía, obtienen el derecho de portar la preciada insignia del club en la parte posterior de su chaqueta de cuero.


Ser miembro de la Vieja Guardia

John D. Weal, en su relato personal, recuerda cómo comenzó como un novato bajo la tutela de un miembro más experimentado en el club, marcando así su ingreso en la cultura de la "Vieja Guardia".

“Las fiestas y juergas eran muy privadas donde en realidad había actos sin consentimiento, no como lo son hoy. Muchas cosas se hicieron por emoción y diversión sin preocuparse en muchos casos por la seguridad o la salud de las personas involucradas. Sexualmente lo único que nos preocupaba entonces era la gonorrea y la sífilis, que se curaban con una inyección. Vivíamos con mucho miedo de que nos descubrieran. Fui testigo de muchas cosas que hoy en día no serían aceptadas o incluso consideradas como algo en lo que alguien sería encarcelado. Independientemente de cómo lo veamos ahora, no podemos cambiar los hechos, eso fue lo que sucedió en los primeros años.

 

Algunas de las prácticas serían clasificadas como abuso hoy y totalmente fuera del ámbito de la realidad para muchos. Para nosotros, era la forma en que vivíamos. Vivíamos para protegernos unos a otros. Lo aceptamos para ser parte del grupo. No se hacían preguntas. Fue un tiempo muy diferente, pero con respeto y confianza de los unos por los otros. Yo puedo solo describir como nuestras relaciones estaban basadas en la integridad, la resistencia y lealtad, y no por necesidad, sino por temor a lo que podría pasarnos si no manteníamos esos códigos de lealtad.
Esta fue mi forma de vida en lo que llamé "Vieja Guardia" durante los primeros años de mi vida en el servicio. Era la única manera de vivir; una valiosa forma de vida basada en la confianza y la comunidad donde todos confiábamos unos en otros, en nuestros clubes y en la comunidad local para protegernos. Seguro que has oído la expresión "todos para uno y uno para todos". Así vivíamos.

 

Hoy la gente anhela el conocimiento de lo que hicimos y por qué lo hicimos. Era una época donde los jeans, las botas y las chaquetas de cuero eran nuestro atuendo diario. Nuestros cueros eran primitivos, desde el marrón hasta el negro, y nunca se compraban, sino que generalmente los hacía a mano un amigo que tenía talento como artesano del cuero. Nuestros juguetes eran primitivos, sin embargo, las cosas se estaban desarrollando y cambiando más rápido de lo que uno podía recordar en ese momento. 

 

Las fiestas de juego eran privadas y se llevaban a cabo en lugares cerrados donde nadie nos encontraría y no de manera regular para que nunca nos descubrieran. Las invitaciones se pasaban de boca en boca, sin invitaciones escritas. Tuvimos nuestros Ancianos, Grandes Masters, Masters, Señores, Daddys y superiores con chicos y esclavos. Los cachorros ni siquiera estaban en nuestros pensamientos en ese momento, pero pronto emergerían. Era una comunidad muy unida y solo te aceptaban cuando te traía alguien que te conocía. En ese entonces no se nos consideraba abiertamente parte de la comunidad gay. Éramos marginados incluso para los nuestros."


Los hombres de Tom de Finlandia

Tendría yo unos catorce años cuando descubrí tras los cristales de un kiosko al lado e mi casa unos cuadernos de dibujos titulados “Los hombres de Tom de Finlandia”. Aunque estoy hablando de 1979 esa imagen sigue intacta en mi memoria. Eran una cuadernos pequeños donde aparecían dibujos sepia de hombres desnudos muy musculosos que a mí me parecían increíblemente eróticos. Por supuesto no faltaba la etiqueta de “Sólo para adultos” impresa en un lateral, y eso significaba que aún debían pasar algunos meses antes de que me aventurara a comprar mis primeras revistas.


Creo que ese fue el primer momento en el que se despertó en mí la pasión por las relaciones de intercambio de poder. En todos los dibujos solía haber un Dominante que representaba la autoridad, un policía, un guardabosques, y un sometido que estaba preso o había cometido un crimen.

¿Qué tiene que ver Tom de Finlandia con la Vieja Guardia?

¿Nunca te has preguntado por qué los uniformes nazis se consideran un icono de la masculinidad gay?

La historia del cuero tiene muchos matices. En su expansión por Europa, surgió algo inesperado: el uso de uniformes nazis. Esto generó un dilema para los motociclistas, ya que los enemigos a quienes combatieron en el frente también vestían esos uniformes. Recordar los horrores de la guerra y los campos de concentración nazis fue un desafío mental para la "Vieja Guardia" del cuero.

Sin embargo, en medio de este conflicto, las obras de arte de Tom of Finland hicieron su labor en la cultura del cuero. Tom retrató al hombre ultra masculino con una gran polla, creando imágenes que fascinaron a los amantes del cuero y se convirtieron en parte de sus fantasías. También exploró los uniformes nazis y otros uniformes militares en su arte, como los uniformes de marinero.

No es casualidad que el diseño de vestuario de los hombres que aparecen en Querelle, la última película de Rainer Werner Fassbinder, los diseñara Tom de Finlandia.

Cuando los uniformes militares de los miembros de la Vieja Guardia se incorporaron a su obra, los uniformes nazis se convirtieron en el símbolo elegido por hombres dominantes, evocando con sus altas botas el rigor, la disciplina y el poder.

Este cambio influyó profundamente en la cultura del cuero, donde los uniformes nazis se transformaron en un uniforme de autoridad y dominación. 

Hoy en día se puede ver cómo los amantes del cuero exploran una amplia variedad de uniformes, desde policías hasta bomberos, para expresar su identidad dominante.

Así fue cómo el arte erótico de Tom of Finland se entrelazó en la vida de cuero, representando todos estos uniformes alrededor de sus dibujos de hombres ultra sexualizados, vestidos de cuero, otorgándole una nueva dimensión de la autoridad en la cultura de la Vieja Guardia. 


¿Se ha perdido el espíritu de la Vieja Guardia?

Esta pregunta para mi tiene una rápida respuesta. 

Sí, lamentablemente se ha perdido el espíritu de la Vieja Guardia.

Hay que tener en cuenta que los protocolos de la Vieja Guardia y el propio movimiento de los hombres de cuero surgieron de un modelo militar. En este sentido el ideal de confianza y respeto, tan presente en estos grupos, se basa en las rígidas estructuras militares. Estoy hablando de unos modales que ahora tal vez puedan parecer antiguos o caducos.

¿Qué es lo que echo en falta en las relaciones de dominio actuales?

Se ha perdido el antiguo estilo, la gracia, los valores, así como el rigor, la estructura y la estabilidad alrededor de los cuales se construyó un estilo propio de vida.

Internet mató a la estrella del BDSM. Ahora la mayoría de la gente quiere cambiar a su antojo y flexibilizar las rígidas estructuras de antaño para adaptarlas a sus necesidades individuales actuales. Lo compruebo a diario cuando chateo con quienes se consideran esclavos.

El otro día hablaba con un esclavo que me decía que para él era muy difícil encontrar Amos reales. Los chats de las páginas webs permiten chatear con falsas apariencias tanto de Amos como de esclavos. Es verdad que Internet te permite contactar y viajar alrededor del mundo y contactar con personas que nunca hubieras conocido en un local. Al mismo tiempo, Internet te da el anonimato de fingir una personalidad  falsa dominante o sumisa detrás de un bonito disfraz.

Tengo que reconocer que Internet ha facilitado el acceso al BDSM a muchas personas que nunca hubieran salido de su agujero de hobitt si un barbudo Dominante no hubiera llamado a su puerta. 

Me sorprendo hasta dónde hemos llegado cuando leo que la Nueva Escuela, que surge en la última década, rechaza la necesidad del protocolo, afirmando que cada uno tiene su propia forma de vivir el BDSM y que es tan buena como cualquier otra.

Ahora mismo no se exige ningún tipo de conocimiento previo para acceder a determinadas prácticas que, a mi entender, no están al alcance de cualquiera. Es fácil encontrarse con sumisos temerosos que tuvieron malas experiencias por no haber aprendido unos mínimos protocolos y códigos de conducta que nadie les enseñó.

Existen hoy personas que se autoproclaman Amos que no tienen ninguna educación y que su consigna es la siguiente: “Lo quiero cuando lo quiero, dónde lo quiero y cómo lo quiero”. Estos "dominantes" solo quieren que las cosas sean a su manera, sin tener en cuenta nada más que sus deseos personales. No es difícil imaginar que tarde o temprano podrían acabar lastimando a alguien.

Ni que decir tiene que este tipo de personas no tardarían ser expulsadas de un club de motoristas como los de antes, cuya función era precisamente proteger la seguridad e integridad de sus miembros.


Volviendo al espíritu de la Vieja Guardia

Sin embargo, soy optimista, y creo que estamos volviendo, lentamente, a las formas de la Vieja Guardia, ya que la gente no es tan ignorante y sabe que hay un arte y talento para ser un dominante o esclavo reales.

Los títulos de Amo o Señor, no se usan a la ligera. Llamar a alguien Amo, es un título, una deferencia, una muestra de un respeto ganado previamente. Ningún esclavo debería llamar Amo a nadie  si antes esa persona no se ha ganado el derecho a ser llamado así.

Me doy cuenta, leyendo los perfiles de esclavos que me encuentro, que hay una gran necesidad de formación y educación dentro del BDSM.

Al mismo tiempo, los esclavos y sumisos también están aprendiendo que debe haber una profunda razón interna por la que necesitan ser educados. 

Un esclavo necesita comprender y aceptar sin miedo el estado mental que los impulsa a ponerse al servicio de un Amo.

Por eso he querido publicar este post, porque sospecho que muchas personas buscan la historia de cómo empezó todo esto del BDSM. 

Hoy en día sigo honrando los tres valores que siguieron aquellos hombres que crearon la Vieja Guardia: Rigor Estructura y Estabilidad. 


¿Puedo ser útil?

A diferencia de los tiempos actuales, la interacción entre dominantes y sumisos tenía un protocolo especial. Los sumisos no perseguían a los dominantes en los bares de cuero. En su lugar, se permitía que los dominantes hicieran contacto visual con aquellos que les interesaban, indicándoles que se acercaran. Cuando lo hacían, el ritual de presentación era una formalidad esencial: "Buenas noches, señor. ¿Puedo ser útil?". Esta simple frase marcaba el inicio de un acuerdo tácito.

A partir de ese momento, a diferencia de la época actual, no existía ninguna discusión posible a partir de ese momento. Los gustos y preferencias personales eran secundarios; el enfoque estaba en el placer del dominante, no del sumiso. En muchos casos, el dominante ni siquiera entablaba una conversación; simplemente se llevaba al sumiso del bar, hacia otro lugar donde pudiera disfrutar de su servicio. 

Estos relatos de la Vieja Guardia me transportan a una era en la que las dinámicas de poder en la cultura del cuero eran diferentes a las actuales, con reglas y protocolos que quizás algunos encuentren nostálgicos o sorprendentes hoy día. Sin embargo para mi son familiares, como si siempre hubieran estando en mi mente, como el recuerdo de una vieja canción olvidada.

Quiero mantener ese respeto en la forma en que se establece una comunicación en un chat hoy día. Un día descubrí la siguiente recomendación en la cuenta @AmoDesade de X (antiguo Twitter).

-Si me contactas, sé respetuoso, dirígete a mí como Señor.

-Envíame una foto tuya de cara y cuerpo, capta mi atención.

-Dime: ¿qué te motiva  escribirme?


No sé si los esclavos del BDSMK, o Post BDSM, se sentirían cómodos con estos protocolos. Al mismo tiempo es lo que tiene valor para mi. Un simple "Hola ¿Qué tal?" no tiene ningún significado para mí, y tampoco debería tenerlo para alguien que se siente esclavo hablando con un Dominante.

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